¿Dijiste lo que tenías que decir? La reflexión de un Terapeuta sobre la Comunicación

La comunicación es el objetivo desde que nacemos hasta que damos nuestro último aliento. Como terapeuta matrimonial y familiar, a menudo escucho a los clientes decir: "Solo necesitamos mejorar nuestra comunicación". Pero ¿qué significa eso para ti? ¿Alguna vez te has detenido a reflexionar sobre lo que significa la comunicación en tu vida, no solo las palabras, sino todo el modo de mensajes que envías y recibes a diario?

Más allá de las palabras: los lenguajes de la comunicación

A menudo asumimos que somos naturalmente buenos en la comunicación. Después de todo, te has estado comunicando desde la infancia: llorando cuando tienes hambre, sonriendo cuando estás contento(a) y buscando consuelo cuando tienes miedo. Con el tiempo, te adaptaste a los muchos espacios que habitas: el hogar, la escuela, las amistades, las relaciones románticas y el trabajo. 

Pero la comunicación es mucho más compleja que el simple intercambio de palabras.

  • Nos comunicamos a través de las palabras, la música, el baile, la poesía, la comida, el juego, la moda y el silencio.

  • Llevamos historias internas, percepciones de nosotros mismos y de los demás, necesidades tácitas, diferentes grados de comodidad con diversas emociones y diferentes interpretaciones del comportamiento.

  • Estamos moldeados por la cultura familiar, las historias generacionales, los secretos, los patrones de género, los permisos y el viaje de nuestra vida.

Los mensajes que heredamos

Piensa en tu propia experiencia. ¿Cuál fue tu primer patrón de comunicación? ¿Qué era familiar en tu familia? ¿Se expresaron abiertamente los sentimientos o se transmitieron en silencio? ¿Creciste aprendiendo a evitar el conflicto, o el conflicto era la única forma de expresión? Muchas parejas y familias entran a terapia diciéndome: "Sabemos que necesitamos hablar, pero tenemos miedo. No queremos hacernos daño unos a otros, y no queremos abrir viejas heridas. Así que aquí estamos, confiando en que puedes ayudarnos con las cosas que no podemos decir en voz alta".

La terapia se convierte en un espacio para desempacar, explorar y remodelar la comunicación.

  • ¿Qué se permitía hablar en su familia?

  • ¿Qué permaneció sin hablar o se convirtió en un secreto?

  • ¿Puedes nombrar tu verdad hoy?

  • ¿Tienes espacio en tus relaciones actuales para expresar tus necesidades, deseos, miedos y alegrías?

  • Si no es así, ¿dónde puedes crear o encontrar ese espacio?

"¿Por qué es tan difícil la comunicación para mí?" es una pregunta que quizás te estés haciendo. La comunicación es un proceso relacional multifacético impactado por la cultura, la educación y las experiencias de vida. Por ejemplo, es posible que hayas crecido en un hogar donde mostrar emociones se consideraba una debilidad o donde el sarcasmo, los portazos o el silencio eran formas de desahogar la ira. Llevas estos patrones a la edad adulta, a menudo sin darte cuenta. La terapia te invita a preguntarte: "¿Estos patrones todavía me sirven? ¿O estoy listo para reescribirlos?" 

Nuevos patrones: reescribiendo la forma en que nos conectamos

En la terapia, he visto a innumerables clientes experimentar avances cuando entienden que la comunicación es más que solo "hablar mejor". Se trata de:

  • Tomar conciencia de los desencadenantes y respuestas emocionales

  • Aprender a identificar y expresar las necesidades con claridad.

  • Practicar la escucha profunda sin preparar su defensa

  • Explorar los patrones culturales e intergeneracionales que dan forma a la comunicación

  • Construir un sistema de apoyo en el que su voz pueda ser escuchada

Para las parejas, esto podría significar aprender a decir: "Me siento solo cuando estás en tu teléfono durante la cena", en lugar de: "Nunca me prestas atención". Para las familias, puede parecer la creación de rituales de conexión, como controles semanales o comidas compartidas en las que todos tengan voz.

La terapia nos ensena como desenredar los nudos de la comunicación

Cuando reflexiones sobre tu propia vida, pregúntate:

  • ¿Qué estoy tratando de hacer de manera diferente?

  • ¿Qué es lo que me hace difícil decir mi verdad?

  • ¿Quiénes son las personas con las que me siento visto, escuchado y seguro?

La terapia ofrece un espacio para desenredar los nudos de la comunicación suavemente. No se trata de conversaciones perfectas o de eliminar todos los conflictos. Se trata de cultivar relaciones en las que puedas decir lo que tienes que decir y ser recibido con curiosidad, compasión y respeto. Si has estado anhelando una mejor comunicación, pero no sabes por dónde empezar, la terapia puede ofrecerte las herramientas, el espacio y el apoyo para comenzar.

¿Cómo se sentiría permitirse hablar y ser verdaderamente escuchado?

No Hicieron lo que Pudieron: Rompiendo el silencio generacional, construyendo la sanación generacional >